Cómo mejorar la postura corporal en tu día a día
Una buena postura corporal es todo un reto para muchas personas. Si no se trabaja, puede provocar molestias e, incluso, problemas de salud a largo plazo. Los músculos se atrofian hasta el punto de que resulta doloroso enderezar la espalda o el cuello. Sin duda, la postura es muy importante en el día a día. Ya sea para trabajar, entrenar y hasta descansar. Mantiene el equilibrio de los músculos, reduce las lesiones relacionadas con el deporte y ayuda a tener un lenguaje corporal positivo y seguro. Por eso es muy importante aprender a mejorar la postura corporal.
Si no tienes la mejor postura corporal del mundo, no te preocupes. Mejorar tu postura corporal no significa que tengas que convertirte en un bailarín profesional o pasar el resto de tu vida en terapia física. Sigue nuestros consejos y darás pasos de gigante en tu camino hacia la postura perfecta.
Keep moving!
Mantener una rutina activa es, sin duda, la clave para conseguir una postura impecable. Permanecer en una misma posición durante demasiado tiempo y someter a los músculos a una tensión innecesaria es algo absolutamente prohibido. Por eso, debes aprovechar todas las oportunidades que puedas para poner tu cuerpo en movimiento. Utiliza las escaleras en lugar del ascensor; deja el coche en casa y vete en bici; o sal más a pasear por la calle siempre que necesites un break. Estos tips no solo son buenos para tu cuerpo, sino que también te mantendrán mentalmente en forma.
Sé consciente de tu cuerpo y autocorrígete
Conviértete en tu propio “entrenador personal” y corrígete siempre que seas consciente de que estás torcido/a. Utiliza espejos o cualquier tipo de reflejo para comprobar rápidamente tu postura y modificarla. En cierto momento, ya no necesitarás recordártelo activamente, pues tu cuerpo empezará a autocorregirse automáticamente, aplicando una buena postura de forma intuitiva. Los músculos tienen memoria y una vez que se acostumbren a la postura correcta y a la sensación que debes sentir, será mucho más fácil.
Optimiza tu espacio de trabajo
Muchas personas pasan la mayor parte del día trabajando, y eso significa que casi siempre estamos sentados en la misma posición. ¿Por qué no añadir algo de variedad? ¿Tienes un escritorio de altura regulable? Bien, ¡úsalo! Prueba varias posiciones en tu silla de escritorio o, mejor aún, sustitúyela por una Fitball. Así, verás que no es tan fácil sentarse torcido. Eso sí, asegúrate de tener siempre la pantalla a la altura de los ojos para evitar problemas de cuello.
Sé consciente de lo que puedes cambiar
Para este punto, necesitas ser más consciente de todo lo que forma parte de tu día a día en general. Ya hemos mencionado, por ejemplo, la silla de trabajo. Pero hay otras cosas que puedes cambiar. Si te levantas con dolor de espalda todas las mañanas, por ejemplo, quizá sea una clara señal de que algo tiene que cambiar. Una almohada adaptada a la posición en la que duermes y un colchón diferente pueden hacer maravillas. También puedes poner en práctica estos consejos para dormir mejor.
Y si la cosa es más preocupante y necesitas un efecto más inmediato, prueba a utilizar un corsé de apoyo para la espalda, que corrige activamente la postura.
Trabaja el equilibrio
También es importante que sepas cómo colocarte correctamente. Aunque es una de las primeras cosas que aprendemos de pequeños, no siempre nos colocamos en la postura correcta.
Así es como se hace: ponte de pie con los pies separados a la altura de las caderas y gira los hombros hacia atrás y hacia abajo. Tira de la barbilla hacia atrás hasta que la cabeza se apoye en el cuello, en posición vertical. Desplaza el peso ligeramente hacia los talones y mantén las rodillas ligeramente flexionadas. Mete un poco el estómago y aprieta los glúteos. Para mejorar aún más la postura, los ejercicios de equilibrio son perfectos. Mejoran la postura al tiempo que fortalecen el torso. Desde el «árbol» del yoga hasta mantener la posición de plancha durante un minuto, los ejercicios de equilibrio activan todos los músculos.
Diversifica tu entrenamiento
Hacer siempre los mismos ejercicios y no estirar después del entrenamiento puede provocar rápidamente calambres musculares y un esfuerzo innecesario. ¡Así que la regla básica es variar y hacer diferentes deportes! Cuantos más grupos musculares se entrenen, mejor. De este modo, tu cuerpo adopta automáticamente una postura saludable y los músculos rígidos y los calambres pronto serán cosa del pasado. Las clases de danza (desde el hip-hop hasta el ballet), el yoga, el entrenamiento funcional y las artes marciales son especialmente buenas para mejorar la postura porque implican secuencias de movimiento conscientes y controladas. Así que aprovecha para echar un vistazo a las diversas actividades disponibles en Urban Sports Club y ponte en marcha.
Como habrás podido comprobar, conseguir una buena postura es más fácil de lo que crees. Solo tienes que seguir nuestros consejos y verás que tu postura pronto empezará a mejorar. Y al cabo de un tiempo ni siquiera tendrás que pensar en ello, será automático. Al principio requerirá un poco de autodisciplina y persistencia, pero una vez que tu cuerpo se dé cuenta de que una mejor postura te hace sentir mejor, se adaptará totalmente. ¿Comodidad, salud y una mayor autoestima?
¡Allá vamos!
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